miércoles, 27 de marzo de 2024

Hace 93 años nacía Carlos Gandolfo.

 

Considerado el principal formador de actores argentinos de su generación junto a Agustín Alezzo y Augusto Fernandes.

Carlos Gandolfo nació en Buenos Aires, el 27 de marzo de 1931 y fue actor de cine y teatro pero fundamentalmente un docente en la materia. Un cáncer que le afectó el habla hizo que abandonara la interpretación para dedicarse a la dirección de teatro y a la docencia. Introduciendo las enseñanzas de Stanislavski y luego de Lee Strasberg en la Argentina. Fue considerado el principal formador de actores argentinos de su generación junto a Agustín Alezzo y Augusto Fernandes.


Como actor de teatro tuvo su debut en El Alquimista de Ben Jonson en 1950 con la compañía "Teatro de los Independientes", especializándose en obras clásicas como Medea, El canto del cisne y Madre Coraje y sus hijos, mientras que como actor de cine participó en las películas El negoción (1958) y Una jaula no tiene secretos (1962), así como en la película Proceso a la infamia de 1978, cuando ya había abandonado su carrera como actor.​


Tuvo muchos viajes a España donde dirigió El gran deschave, pieza de Armando Chulak y Sergio De Cecco que en 1975 había estrenado con gran éxito en el Teatro Regina, y Veraneantes de Maxim Gorki con Julieta Serrano y La reina andaluza en Sevilla.


Después de su abandono de la interpretación dirigió obras de teatro como Los despachos de Napoleón, de Bertolt Brecht, La gaviota y Panorama desde el puente de Arthur Miller con Alfredo Alcón; así como obras de temática más contemporánea como La gata sobre el tejado de zinc Tennessee Williams, Encantada de conocerlo de Oscar Viale con China Zorrilla, Hughie con Lito Cruz y La reina andaluza.


Copenhague se mantuvo tres años seguidos en cartel en el Teatro Municipal General San Martín (2003-2005). Su última puesta en escena tuvo lugar En Kasa/En Kabul en el Teatro Municipal General San Martín (2004).


Compaginó la labor de dirección con la docencia siendo rector de la Escuela Nacional de Arte Dramático de Buenos Aires y profesor del Centro Dramático Nacional de Madrid. Durante más de 40 años mantuvo su "Estudio de Carlos Gandolfo para la preparación del Actor" de donde salieron grandes actores de Argentina (Carola Reyna, María Socas, Javier Daulte, Mía Maestro, Gastón Pauls, entre otros).


Obtuvo un Premio Konex de Platino, tres veces el premio Estrella de Mar así como un Premio ACE de Oro de teatro.


Se casó en 1965 con la actriz Dora Baret y sus hijos son el actor Matías Gandolfo (Docente de actuación y Director teatral) y el ilusionista Emanuel Gandolfo.


Murió el 12 de enero de 2005.

Se cumple el aniversario 96 del nacimiento de Trudy Tomis.

 

Trudy Tomis nació en Berlín, el 27 de marzo de 1928 y fue una actriz de gran carrera en los años '50 y '60.



Trudy fue la tercera de los seis hijos del fundador de la ciudad de Villa Gesell, Carlos Idaho Gesell. El apellido de su madre es Tomys.​Nació en Berlín durante uno de los viajes de sus padres adonde vivían sus abuelos.​Cuando Trudy tenía tan solo seis años, sus padres se divorciaron. A los 14 años estudió pintura y escultura con el artista Ricardo Sánchez.


Su carrera inició al realizar publicidades gráficas de reconocidas marcas como Pirex, Palmolive, Pozzi, Shell, Grafa y Estrella.​


En los años cincuenta empezó a trabajar como actriz de reparto. También fue locutora y publicista. Con una belleza muy personal, tuvo roles destacados en más de 25 filmes durante la época dorada del cine argentino, junto a brillantes figuras de la escena nacional de aquel momento como María Aurelia Bisutti, Paula Darlán, Raúl De Lange, Analía Gadé, Mirtha Legrand e Inés Moreno, entre otros.​


Después hizo radioteatro y finalmente entró en la televisión, cuando sólo tenía dos meses transmitiendo junto con la locutora Alejandra Parraga, que trabajaba en Radio Nacional. Fue una de las primeras publicistas televisivas cuando estas se transmitían en vivo, allí hizo la publicidad de los productos Tinco, unas esponjas para baños que venían de Suecia, e impusieron las primeras esponjas para cocina.​


También fue la locutora responsable del apodo «Pinky» que le dio a la animadora de televisión Lidia Satragno.​


Trabajó en el ambiente artístico durante veinte años, y lo abandonó en 1963. En ese año se mudó a Villa Gesell ―el pueblo que había creado su padre―. Fue la creadora de los «geselitos», artesanías que vendió desde 1963 hasta 1989, en El Churrinche, una casita que le regaló su padre, ubicada en avenida Buenos Aires y alameda 205.


En teatro se lució en las obras Romántica Florinda de Eliseo Montaine, y en El tiempo y la señorita Angustia, de Arthur Schnitzler, ambas junto a Alberto Mendizábal.


Luego vivió alejada del medio y paso sus días en su quinta Arcoíris, cerca de Villa Elisa (a 15 km de la ciudad de La Plata y a 45 km de Buenos Aires).


Falleció el 21 de noviembre de 2015 en la ciudad de La Plata.



Filmografía destacada


1947: La serpiente de cascabel

1949: Cita en las estrellas

1950: El crimen de Oribe

1950: Madre Alegría

1951: El complejo de Felipe

1951: La comedia inmortal

1951: Paraíso robado

1953: Una ventana a la vida

1954: Los ojos llenos de amor

El rosarino Atilio Cavestri nacía hace 114 años.

 

Notable acordeonista nacido en la popular ciudad santafesina.




Atilio Cavestri (Tito) excelente músico rosarino que nació el 27 de marzo de 1910. En su niñez encontró un juguete y amigo que lo acompañará toda su vida llamado ACORDEÓN.

A los seis años de edad, su padre Don Alfredo Cavestri, le pone en sus manos su primer acordeón. La profesora Laura Martinengo, sería quien le ayudaría a develar los misterios del pentagrama y la técnica acordeonística. Para perfeccionarse estudia piano, de cuya técnica se encargaría el profesor José Francisco Berrini. En 1932, recibiría el diploma y las felicitaciones de los profesores Luis Fernández, Jacinto Ortígala y Clemente Sismondo.



A los quince años debutó en radio, acompañando entre otros a Marcos Redondo. Cario Butti, García Guirao, etc., pero Cavestri y su acordeón eran amigos inseparables: a los 19 años ya sabía del aplauso de los bailarines y su nombre y su arte trascendía aún más a través de las actuaciones en la emisora que hoy es LT3. En el año 1935, funda el cuarteto América que tuvo trayectoria y vigencia durante muchos años. El día que fueron invitados por primera vez para actuar en radio, el locutor les preguntó cómo se anunciarían, se miraron los cuatro y no sabían que decir; nervioso, uno de ellos saca un paquete de cigarrillos y se pone a fumar; los cigarrillos eran de la marca "América", saliendo del paso dijeron Cuarteto América, y así quedó.

Infinidades de actuaciones en bailes, festivales, marcaron un estilo con impecables ejecuciones de los temas populares con que en su maravilloso acordeón Cavestri deleitaba a sus seguidores.

También formó parte, como director, de la Jazz Rioplatense y de la Típica Porteño, que animaban los bailes de carnaval en el "Real Cine", de Oroño y Salto, en los años 1937/38/39.

Años después se conocen con Nobleza Cassini y descubren que sus destinos tenían una misma identidad en la música, en el canto y en el amor Juntos comienzan un largo camino empedrado de éxitos, aplausos y fama.

Atilio Cavestri llega a grabar con su conjunto junto a Waldo de los Ríos. Es profesor de piano de su sobrino Lito Escarzo. Compone y graba infinidad de temas musicales. Reconoce a Myron Floren e ivette Horner como virtuosos del acordeón, aunque declara ser un profundo admirador de Art Van Damme. Tres décadas de actuaciones consecutivas en Rosario, innumerables giras por el interior del país y sus múltiples grabaciones han dado a Atilio Cavestri un prestigio que se afirma y prolonga en su auténtica capacidad de intérprete.

Su trayectoria lo señala como una figura señera dentro del movimiento musical en la segunda capital de la República Argentina. Ningún otro intérprete ha igualado en popularidad y ha hecho una verdadera escuela entre la mayoría de los acordeonistas surgidos en esa ciudad. Por su conservatorio pasaron más de trescientos alumnos. El reconocimiento de los méritos artísticos de este excepcional intérprete viene desde antiguo y ha alcanzado proyección internacional, ya que en 1947 fue consagrado por radio Internacional de Nueva York, como el tercer acordeonista del mundo, escoltando nada menos que a Ivette Horner y a Myron Floren.

Atilio Cavestri se ha distinguido como notable pianista, habiendo ofrecido cuatro conciertos con la Orquesta Sinfónica de Rosario, interpretando, Concierto N° 1 de Grieg, Rapsodia en Azul, Concierto en Fa de Gershwin. Concierto N°1 de Tchaicovsky, obras de Chopin, donde puso de manifiesto toda su calidad de intérprete.

Ejecutaba tanto el acordeón como el piano con igual facilidad, y su estilo agradable ha hecho que Cavestri sea muy solicitado para la animación de fiestas en Rosario y alrededores.

En Buenos Aires en abril de 1952, se presentó en LR3 Radio Belgrano presentado por Herminio Baggini. También en diciembre de 1957 se presenta en Canal 7, y otra vez en radio Belgrano.

El 10 de noviembre de 1989, un ángel llamó a su puerta y lo invitó a tocar para Dios. El no pudo resistir a semejante pedido y partió al más allá, dejándonos sin su presencia física, quedando aquí entre nosotros, su música, su bondad y su continuo recuerdo.


Se cumplen 123 años del natalicio de Enrique Santos Discépolo.

 

Autor, músico, compositor, director, dramaturgo, actor y realizador cinematográfico.


1. Obra. Desbordando, con audaz talento creador, las grandes y arraigadas corrientes dominantes en hora de su advenimiento —Contursi (Bandoneón arrabalero), Celedonio Flores (Mala entraña), José González Castillo (Organito de la tarde)— puso en el tango honduras de pensamiento y de reflexión y un enriquecedor soplo de rigor intelectual, sin alterar ni la estructura de la forma cantable ni la connatural frescura de la canción popular.


Abordó, en lo argumental, ciertos tipos tradicionales —el matón, en Malevaje; la milonguita, en Quien más, quien menos; el amante frustrado, en Secreto— desde inesperados ángulos de la intimidad afectiva. O mostrándolos en actitudes exactamente opuestas a las consabidas: el amurado de Qué vachaché, el emancipado de Victoria.

Incorporó, además, las criaturas de la ciudad moderna políticamente degradada, socialmente agresiva, temperalmente caótica en Yira Yira; Qué sapa, Señor; Cambalache y las esencializó en un personaje escéptico, desconcertado, que en ocasiones —Martirio, Tormenta— jugó su resto de esperanza y convirtió su radical desesperación en alucinados ademanes de místico.

Imagen de su propia amargura, ese personaje fue hermano de los de Roberto Arlt, y réplica tanguística del porteño que Raúl Scalabríni Ortiz relató en El Hombre que Está Solo y Espera, identificándolo con la esquina de Corrientes y Esmeralda, y cuyo ensimismamiento supuró en sus versos de Uno, Cafetín de Buenos Aires y Canción desesperada. Al aterrador contraste que en la conciencia de sus protagonistas hubo entre lo que fueron y lo que ambicionaban ser —descarnadamente manifiesto en Soy un arlequín, Tres esperanzas, Infamia, Desencanto, Alma de bandoneón—, correspondió, en esencia, otra de sus innovaciones capitales: el tratamiento que dio a sus temas, enraizado éste a su propia condición de actor innato y a los supuestos filosóficos, teatrales, sentimentales del grotesco, género dramático éste al que llegó bajo la gravitación orientadora de su hermano mayor, Armando.

La sobrecogedora alternativa de cómico y trágico que sobre un tembladeral de sarcasmo y de ridículo, el grotesco involucra, estuvo latente en toda su obra y se vio lentamente expresada en Chorra, Justo el 31 y Fangal. Y en todo caso, refrendada por la exacta dimensión de las frases musicales que compuso a los versos, con instinto de músico que sobrepujó su limitada formación y que, en diferentes oportunidades lo convirtió, moderadamente, en director de orquesta.

A lo largo de toda su carrera en la escena, y desde 1937 en la pantalla, intentó aplicar su original concepción del arte a obras teatrales y a películas cinematográficas que, por su constitutiva extensión, más allá de estupendos aciertos parciales, distorsionaron el gran talento para lo breve, que cultivó con plenitud y perfecta armonía de modo y realidad, en la profunda y definitiva belleza de sus tangos.


2. Vida. Nació en Buenos Aires, en la calle Paso —barriada del Once— el 27 de marzo de 1901. Fue el quinto y último hijo de Luisa Delucchi y de Santo Discépolo. Cursó estudios primarios en el Colegio de Sacerdotes Guadalupe. A la muerte de sus padres —y luego de quedar durante un año en casa de una tía materna— fue a vivir —corría 1911— con su hermano Armando. Éste —catorce años mayor— fue para él padre y madre, mentor y maestro, preceptor y guía; le contagió la vocación por el teatro; lo vinculó a amigos músicos, pintores, escultores, escritores y saineteros. Y le mostró otras dimensiones de Buenos Aires, introduciéndolo —de su mano— en las tertulias de dos clásicos cafés del Once: Centenario y Oberdam. Hacia 1916, residiendo siempre con Armando— ahora cerca del Parque Patricios— abandonó sus cursos de normalista. Y debutó en la escena en 1917, en el Teatro Mayo, y al año siguiente en el Apolo; en ambas ocasiones bajo el seudónimo "E. Santos ".

Produjo, a la par, sus primeras piezas teatrales: Los Duendes, y Páselo, Cabo, las dos con Mario Folco; con Miguel Gómez Bao, El Señor Cura y El Hombre Solo, y por su propia cuenta, Día Feriado.

Dos años más tarde le fue concedido un papel de importancia en la representación de Mateo, grotesco de Armando Discépolo; a medias con éste escribió en 1925 El Organito, dado a conocer en el Nacional por la compañía que encabezaban Rosa Catá, Juan Mangiante y Olinda Bozán. A esta actriz, en ese mismo escenario, correspondió entonces estrenar en el sainete La Porota, de José Antonio Saldías y con letra de éste, el que fue su primer tango: Bizcochito, llevado a disco Victor por el cantor Juan Carlos Marambio Catán,

En 1926, esta vez con música y letra suyas, compuso el segundo: Qué vachaché. Estrenado éste en Montevideo, dado a conocer en Buenos Aires por Tita Merello en la revista Así da Gusto Vivir y editado por Héctor N. Pirovano, sólo alcanzó a ganar la calle, luego que su tercer tango —Esta Noche me Emborracho— fuera consagrado en 1927 por la interpretación de Azucena Maizani en el Teatro Porteño. Compuso luego Chorra (1928), Miguelito (música sola, 1929, que se denominó luego Pero el día que me quieras, con letra de Luis César Amadori). Alguna vez (con versos de García Jiménez, 1929). En el cepo (música en colaboración con Francisco Pracánico, 1929; llamado luego S.O.S.), Malevaje (con música de Juan de Dios Filiberto, 1929), Soy un arlequín (1929), Victoria (1930), Justo el 31 (letra en colaboración con Rada, 1930), Yira. . . yira (1930) y Confesión (letra en colaboración con Amadori, 1932). A la sazón, su nombradía de compositor y de letrista iba pareja al prestigio ganado como actor de varias temporadas de gran clase —en Montevideo y Buenos Aires— dirigidas éstas por su hermano Armando. Resolvió entonces aunar al hombre de teatro y al hombre de tango en una serie de espectáculos escénicos, en los que, además, estrenó su nuevo repertorio de canciones: en la obra Caramelos Surtidos, de 1931. Dio a conocer Qué sapa, señor; en Mis Canciones 1932, Secreto, en Wunder Bar —su mayor suceso teatral— Tres esperan- zas y en Winten Garden, de 1934, Quien más quien menos. Ese año, durante una actuación en el Teatro Victoria, de Santiago de Chile, Tania —la cancionista y actriz con quien había unido ya su vida— estrenó otro realizado en colaboración con Alfredo Le Pera: Carillón de la Merced.

A comienzos de 1935, emprendió viaje a Europa. Actuando, disertando o con exclusivos propósitos turísticos, recorrió ciudades de España, Portugal, Francia y África del Norte. Al regreso —retomando una anterior tentativa de 1931, como director de orquesta— formó un conjunto con el que tocó por Radio Municipal y grabó, en febrero de 1937, discos para la casa Victor, con Lalo Scalisse como pianista y arreglador dentro de un estilo correcto, pero intrascendente. Intensificó su vinculación con el cine en diversos aspectos. Intervino en El Alma del Bandoneón (con temas cantables, 1935); en Mateo (como ac- tor, 1937); en Melodía Porteña (actor y co- director, 1937); en Cuatro Corazones (actor, argumentista y codirector, 1939); en Caprichosa y Millonaria (argumentista y director, 1940); en Un señor Mucamo (director, 1940); En la Luz de una Estrella (argumentista y director, 1942); en Fantasmas en Buenos Aires (argumentista, director, 1942) y en Cándida, la Mujer del Año (argumentista y director, 1943).

A este período de su carrera pertenecieron los tangos Cambalache (1935), Alma de bandoneón (1935), Melodía porteña (1937), Condena (antes En el cepo y S.O.S., 1937), Desencanto (letra con Amadori, 1937), Tormenta (1939), Martirio (1940), Infamia (1941), Uno (con música de Mariano Mores, 1943), Canción desesperada (1944). En 1946 realizó una. larga turné artística por países de Centro- américa, en particular México y Cuba. Vuelto a Buenos Aires, dio a conocer los tangos Sin palabras (con música de Mores, 1946), El choclo (exhumando la antigua composición de Ángel G. Villoldo, 1947) y Cafetín de Buenos Aires (con música de Mores, 1948), el último de los estrenados en vida. Su postrer período de creador incluyó, además, las películas Yo no Elegí mi Vida (argumento e interpretación, 1949 y El Hincha (argumento e interpretación; dirección en colaboración con Manuel Romero, 1951) y la pieza teatral ¡Blum! (escrita a medias con Julio Porter, 1949), la cual se contó entre sus mayores trabajos de actor.

Charlista en diversos momentos de su trayectoria, encarnó a la sazón y por radiotelefonía el personaje "Mordisquito", en la audición Pienso y Digo lo que Pienso. Dirigente gremial, ocupó en varios períodos la vicepresidencia de SADAIC en directorios presididos por Francisco Canaro. Falleció en Buenos Aires, a causa de un síncope cardíaco, en su casa de la calle Callao 765, el 23 de diciembre de 1951, a la hora 23 y 20. Luego de su desaparición se estrenaron sus tangos Mensaje (que versificó Cátulo Castillo, 1952); Fangal (concluido en música y en letra por Virgilio y Homero Expósito, respectivamente, 1956) Andrajos (cuya letra escribió Alberto Martínez, 1959) y Fratellanza o Un tal Caín (1966). En 1960, un elenco encabezado por Luis Arata y Aníbal Troilo, repuso Caramelos Surtidos, conforme a una adaptación de Eduardo Pappo en el Teatro Alvear.


martes, 26 de marzo de 2024

¡Feliz cumple, Silvio Soldán!

 

Un verdadero Maestro de la locución y la conducción.


Silvio Soldán nació en Colonia Belgrano,el 26 de marzo de 1935. Locutor, presentador de televisión, actor y autor de poemas y letras de canciones de formidable carrera y popular reconocimiento.


Empezó su carrera como locutor de radio. Posteriormente lo hizo en TV. En 1971 incursionó como cantante al grabar dos canciones, "Vamos a soñar con el amor" y "Así es Buenos Aires", e la película homónima de esta última. También compuso la letra del vals "Hoy la he visto pasar a María", con música de Hugo Marcel. En 1973 se produjo su regreso al cine en la película Yo gané al prode... y Ud...?.


En 1972 comenzó a conducir el programa televisivo de tango Grandes valores del tango, reemplazando a Juan Carlos Thorry, en el que permaneció varios ciclos hasta 1992. En el año 1974 fue presentador de tres episodios de Alta comedia ("Nocturno", "Dándole bomba al Bambino" y "Los árboles mueren de pie"). Dos años más tarde actuó en Te necesito tanto, amor y en 1981 en Gran Valor en la facultad de medicina, junto a la vedette Adriana Aguirre. En 1982 grabó su última película, Buenos Aires Tango.


Entre fines del año 1975 y 1976, comenzó a conducir el ciclo radial Matinata, que afirmó su permanencia en el tango. El ciclo tuvo tanto éxito, que de la mano del productor Rodolfo Garavagno se edito un disco doble en la mítica compañía RCA de la Calle Paroissien. Este disco, que lleva la foto de Soldán en la carátula con un poema dedicado a Buenos Aires, tiene prólogo de César Tiempo y recitados de Julián Centeya junto a Aníbal Troilo con la voz de Roberto Goyeneche cantando "Barrio de tango". La selección del repertorio, que va desde Julio De Caro y Carlos Gardel, pasando por todos los grandes del tango para finalizar con Osmar Maderna y Astor Piazzolla, fue realizado por Silvio Soldan y el productor Rodolfo Garavagno, con la asesoría de Aquiles Giacometti, y en la actualidad es una joya codiciada por los coleccionistas del género.


A su vez, en 1976 hizo su desembarco como conductor de televisión en el programa Feliz Domingo, un ciclo en donde varios grupos de adolescentes pugnaban por un viaje de egresados gratuito. Fue dicho programa el que le dio especial difusión y siguió conduciéndolo hasta 1993.



El 26 de abril de 1992, comenzó a conducir los sorteos del juego de azar Telekino por Canal 9. Al mismo tiempo continuaba en el programa estudiantil Feliz Domingo, en el cual se lo mantuvo hasta fines de 1993. Fue parte del aire de las históricas emisoras Radio Belgrano y Radio Mitre.



No regresaría a trabajar en la pantalla chica sino hasta julio de 2005, cuando fue llamado por Canal 9 para participar de la tercera etapa de Feliz domingo, que se mantuvo en el aire hasta 2006. Condujo este programa durante unas semanas junto a Carla Conte, aunque terminó entregándole poco después la conducción a David Kavlin, quedando finalmente estos dos últimos al frente del programa. Sin embargo, Soldán siguió formando parte del ciclo estudiantil, pero solo en algunas secciones, como por ejemplo el "Ping-pong de Preguntas y Respuestas", su segmento más representativo dentro del programa. Dos años después de la finalización del programa estudiantil condujo el programa Aguante Tango en Canal 26 los domingos por la noche, al estilo de Grandes Valores del Tango. Este programa estuvo al aire durante dos temporadas.


En 2012 realizó una participación especial en la comedia Graduados, reviviendo su mítico programa Feliz domingo. También en el 2012 reemplazó a Jorge Rossi, debido a su enfermedad, en el reality show Volver a cantar, donde abuelos competían cantando por el viaje de egresados de sus nietos. El jurado de dicho programa estaba compuesto por Donald, Raúl Parentella y Leo García.


Entre 2010 y 2012 y de nuevo en 2014 y 2016 condujo el programa Volver pregunta, el cual un grupo de 13 personas respondía preguntas sobre temas televisivos, ya sea datos de actores, actrices o programas de televisión. A lo largo de sus cuatro temporadas, varios jurados pasaron por el programa, entre otros, Jorge Lafauci, Edgardo Borda, Martín Reich, Daisy May Queen y Marcelo Stiletano.


Lolita Torres nacía hace 96 años.

 

Durante su carrera artística de cincuenta años, incursionó en cine, radio, teatro y televisión.


Lolita Torres nació el 26 de marzo de 1930 y fue una cantante-actriz, que supo llamar la atención sobre el escenario, en cine y en televisión. Nadie sabe que pequeña acción puede cambiar el rumbo de una vida. Con once años, Beatriz Mariana Torres envió una foto a un concurso de nuevos valores de Radio Splendid, la llamaron, interpretó temas hispanos y lo ganó. Su presentación llamó la atención del actor Manolo Paredes, que estaba presente en el estudio y al ver a la talentosa niña la recomendó al maestro de arte flamenco Ramón Zarzoso. Con esa premura que trae el azar, no pasó mucho para que Beatriz Torres se convirtiera en Lolita Torres. “Tiene una voz cruda, su afinación es perfecta, es una española hecha y derecha”, aseguró Zarzoso. “La recién llegadita de España” como se dio a conocer en aquellos tiempos, lo más ibérico que tenía eran sus canciones, porque su origen estaba ligado al paisaje industrial de Avellaneda. Un año después, en mayo de 1942, con el permiso de un juez de menores, Lolita subió al escenario del Teatro Avenida para cantar dos canciones en el espectáculo “Maravillas españolas” y grabó un disco interpretando los

 temas “El gitano Jesús” y “Te lo juro yo”. “Por un tiempo creyeron que yo era española y eso provocó el estallido en la comunidad hispana. Cuando se enteraron de que era argentina no tuvieron el menor prejuicio y me siguieron apoyando. El tema del manejo de un español más castizo es un viejo interrogante que ni yo puedo resolver, no sé, me viene de adentro y eso que mis padres eran argentinos”, aclaró la artista, años después. En sus comienzos, la niña Lolita alternaba sus escasas horas de juego con los estudios radiales de El Mundo, Belgrano y Splendid y las tablas de El Tronío, donde la vio el director de cine Luis Bayón Herrera que la invitó a participar de su film “La danza de la fortuna” (1944), protagonizado por Olinda Bozán y Luis Sandrini. Así, con pequeños gigantes pasos, la cantante hizo su primera aparición en la pantalla grande, que la tendría como protagonista en 1951 junto a Ricardo Passano en el largometraje “Ritmo, sal y pimienta”, en la cual dio su primer beso. Ese film motivó un mito sobre su vida: si existía o no una cláusula en sus contratos que prohibiera los besos. Lolita siempre negó este hecho, pero el rumor se difunde en los cientos de notas biográficas que se escribieron -y se escriben- sobre su carrera. Sin dudas, un condimento más para su aura. Los eslabones de la suerte y del esfuerzo se encadenaron en la vida de la artista, que supo alternar sus conciertos con sus actuaciones en cine, teatro y televisión. Pero fue el séptimo arte lo que la hizo cruzar distantes fronteras, tan lejanas como la Unión Soviética, donde su figura fue furor a raíz del film “La edad del amor” (1953), que motivó giras por provincias rusas. “Ya ni la barrera del idioma se impone en las canciones porque algunos aprendieron el castellano para expresarme su cariño. Ellos perciben la sinceridad del cantante y por eso se entregan”, comentó a su regreso al país. Su romance con los seguidores de América latina nunca fue comparable con el más aplacado recibimiento de la gente en España, aunque allí también se destacó. No todo es color de rosa Cuando estaba revelándose al mundo y conseguía sus primeros éxitos, Lolita, de 15 años, recibió el primer golpe de su vida: la muerte de su madre. “Cuando murió mi madre y al quedar junto a papá nos hicimos muy amigos. No he sabido lo que es luchar, fue él quien lo hizo por mí. No me disculpaba nada y ese rigor fue un baluarte en mi carrera”, declaró la artista durante una entrevista. Pero esa no sería la única gran pérdida de la artista, en 1959, a poco de haberse casado y con un hijo de meses, Santiago, su marido falleció en un trágico accidente automovilístico rumbo a Mar del Plata. Con el tiempo pudo sanar heridas y volver a confiar en el amor de la mano de Julio Caccia, con quien tuvo cuatro hijos: Angélica, Mariana, Marcela y Diego. En cuanto a su trajín laboral, sus intensas ocupaciones de los años ’50 fueron reduciéndose poco a poco en las dos décadas posteriores, un hecho que le dejó un sabor amargo, pero que no la hizo bajar los brazos. Supo ampliar su registro vocal y su repertorio a otros géneros “Yo no dejé el cine, fue el cine que me dejó a mí. Y todavía no entiendo por qué. Igual que la televisión. Los empresarios son los que archivan a los actores”, expresó. Los últimos destellos “Nadie debe estancarse, sobre todo en lo artístico. De lo nuevo perdurará aquello que sea auténtico”, consideró Lolita mientras se preparaba a fines de los ‘80 para encarar un nuevo espectáculo que incluía canciones de tango. Pese a algunas críticas, para la artista tener un ecléctico repertorio no era un riesgo, era un virtud. “Creo que el secreto está en mi relación con el género español, muy variado en sus múltiples regionalismos. En la captación de esos diferentes estilos me enriquecí y quizás porque nuestra música tiene tantas raíces hispanas no me resulte difícil este reencuentro con el tango”, aseguró. Si bien en sus últimos años el trabajo menguó, el cariño del público no como lo demostró en 1992, cuando la artista festejó su “50 años con el espectáculo” con un show. Varios artistas fueron parte de la fiesta: Mercedes Sosa, León Gieco, Víctor Heredia, Facundo y Ariel Ramírez y Jaime Torres, y Charly García, quien la había llamado para que colaborara en su álbum “Filosofía barata y zapatos de goma”. En los ’90 comenzaron sus padecimientos físicos: le diagnosticaron fiebre reumatoidea y así confirmaron su alejamiento definitivo de los escenarios. “Lolita Torres reunió todas las condiciones para ser una grande”, aseguró el actor Jorge Barreiro, que trabajó junto a la artista en su último film , “Allá en el norte”, (1972). En 14 de septiembre de 2002, el camino de Lolita Torres llegó a su fin, pero el recuerdo de su voz aún perdura. 

martes, 19 de marzo de 2024

¡Feliz cumple, Bruno Gelber!

 

La prensa especializada lo destaca como uno de los mejores pianistas de su generación​ y como uno de los cien mejores del siglo.


Bruno Leonardo Gelber nació en Buenos Aires, el 19 de marzo de 1941 y es un pianista de reconocida fama internacional.

Desde su primera infancia vivió el ambiente musical familiar, siendo su padre violinista en la orquesta del Teatro Colón de Buenos Aires y su madre, una profesora de piano, que influyó mucho en su determinación por seguir la carrera musical y a la que perdió joven, justo al principio de su carrera internacional como pianista.

Gelber empezó a estudiar piano a los tres años y medio, siendo capaz de interpretar sonatas y conciertos desde los cinco años de edad. Fue alumno, desde los seis años y durante una década, de Vincenzo Scaramuzza, que tuvo entre sus discípulos a Marta Argerich, de quien Gelber es coetáneo, y al padre de Daniel Barenboim, entre otros.

Fue víctima de poliomielitis a los siete años de edad, debiendo quedarse en reposo durante más de un año. Sus padres realizaron las adaptaciones oportunas para que pudiera tocar el piano con el menor esfuerzo posible desde la cama.

Debutó en público a los diez años, interpretando el Concierto para piano n.º 3 de Beethoven, bajo la dirección de su maestro. A los catorce años debutó en el Teatro Colón con el concierto para piano de Robert Schumann, bajo la dirección de Lorin Maazel.

Continuó sus estudios de piano en París a partir de los diecinueve años con la célebre pedagoga Marguerite Long -para la que fue, en sus propias palabras, el último pero el mejor de sus alumnos-, gracias a una beca del gobierno francés. Continuó residiendo en la capital francesa hasta finales de los años ochenta, cuando se trasladó a Mónaco.

Ha celebrado más de cinco mil conciertos en las más importantes capitales del mundo.

En 1959 (a los 18 años de edad) tuvo lugar su debut internacional en Múnich (Alemania), que fue un gran éxito, calificado por el crítico Joachim Kaiser como "casi un milagro".

Se le considera un intérprete especialmente competente en el repertorio de Beethoven para piano, habiendo grabado una integral de sus sonatas para este instrumento.

Ha compartido escenario con directores como Ernest Ansermet, Sergiu Celibidache, Rudolf Kempe, George Szell, Kiril Kondrashin, Sir Colin Davis, Bernard Haitink, Riccardo Chailly, Lorin Maazel y Antal Doráti, con las más importantes orquestas del mundo, entre las que pueden citarse la Filarmónica de Berlín, la Filarmónica de Viena, la Filarmónica de Nueva York, la Sinfónica de Chicago, entre otras, y ha sido invitado por los más importantes festivales musicales del mundo.

El pianista Arthur Rubinstein dijo que Gelber era «uno de los pianistas más grandes de su generación»​y además lo seleccionó para participar en la película L’amour de la vie – Artur Rubinstein que el director François Reichenbach dedicó a Rubinstein.

Un accidente automovilístico sufrido en el año 2001 le produjo lesiones que pusieron en peligro la funcionalidad de su mano derecha. Afortunadamente pudo recuperarse y reanudar su brillante carrera.

La prensa especializada lo destaca como uno de los mejores pianistas de su generación​ y como uno de los cien mejores del siglo.

Premios y reconocimientos

1961 Tercer premio en el concurso Marguerite Long-Jaques Thibaud.
1989 Premio Konex al mejor pianista argentino de la década.
1999 Premio Konex al mejor pianista argentino de la década.
2000 Comendador de la Orden al Mérito Cultural de Mónaco
2005 Premio Clarín a la Figura de la Música Clásica.​
2006 Ciudadano Ilustre de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires​
2007 Condecorado por el Gobierno de Francia como Oficial de las Artes y de las Letras de la República Francesa.​
2019 Mención Especial a la Trayectoria de los Premio Konex.
Su discografía ha sido galardonada con premios como el Discophiles francés, el Grand Prix du Disque de l’Academie Charles-Cros y el premio de la Academia de París y también ha recibido las más altas calificaciones en las críticas de las revistas Diapason, Gramophone y Le Monde de la Musique.